Gregorio de Eguiluz fue un Franciscano español nacido en 1775, misionero en Río Bueno en el año 1805 y en 1809 en Arique. Fue secularizado en Santiago, por el vicario apostólico monseñor Muzi, en 1824. Se le nombró cura y vicario interino de Coltauco el 25 de julio de 1833, donde estuvo hasta 1842. Estuvo en la parroquia de Putaendo hasta 1843, falleciendo en Santiago ese mismo año a la edad de 68 años.

Eguiluz como misionero de la plaza de Arauco contribuyo con las tropas realistas españolas durante 1813, permitiendo que estas desembarcaran en San Vicente sin resistencia alguna. Dado que tenía vasto conocimiento del terreno y de sus habitantes, persuadiendo a los indígenas, avalando su desplazamiento con motivos pastorales y amparándose en su amistad con los caciques.

Durante su periodo de párroco, alrededor del año 1840, y solicitado al Gobernador del Departamento de Santa cruz de Rancagua por el Subdelegado de Coltauco Pedro Fermín García, se asignó a la parroquia el teniente de Cura a José Hernández. Este párroco Agustino hijo de Don Santiago de Hernández y de Doña María de Inés, nació en 1800 y profeso en 1821. Se ordenó de presbítero en 1823 y al año siguiente secularizó. Sirvió de teniente cura a los párrocos de Peralillo, Navidad, Peumo, Coltauco, San Isidro, Maipo y Curepto hasta el año 1844. En 1833 fue cura coadjutor de Vichuquén. Al año siguiente se trasladó, por razón de enfermedad, a la diócesis de Concepción, donde fue párroco de San Pedro y Colcura y teniente cura de Chillán. Los últimos años de su vida estuvo en libre ejercicio del Ministerio. Falleció en Santiago en diciembre de 1862.