Caballos Cuevanos

Recopilación Histórica realizada por: Nicolás Abarca ZamoranoPublicado: 20 de enero de 2018Última actualización: 08 de marzo de 2021


El nombre de la localidad de Lo de Cuevas se debe al terrateniente criador de caballos don Pedro de las Cuevas y Guzmán, quien dedicara toda su vida a escoger a los mejores ejemplares para finalmente dar origen a tres castas o familias de caballos "cuevanos", cada una de acuerdo con la función que desempeñaban en el campo. y que hoy son la base del caballo chileno.

Don Pedro de las cuevas también participo activamente de la independencia de Chile proveyendo de caballos a los hermanos Carrera y Manuel Rodriguez.

Retrato de don Pedro de las Cuevas, realizado por P. Subercaseaux en el año 1920 aproximadamente. Colección Biblioteca Nacional de Chile. Fuente: Criollo-Horse.com

Don Pedro de las Cuevas

Para saber el origen de los caballos cuevanos debemos remontarnos a 1513, año en que nace Juan Bautista de Cuevas y Bustillos Terán en Sahagún, León, España. Este personaje entró al actual territorio chileno en abril de 1540 con Villagra para unirse a la expedición conquistadora de Pedro de Valdivia, con la que llegó al valle del Mapocho el 13 de diciembre de ese mismo año. Allí residió siempre, siendo regidor de nuestra capital es seis oportunidades, alcalde de la misma siete veces, corregidor en dos oportunidades y trabajo como encomendero de indios. Tenía un criadero de caballos, los que vendía al Real Ejército para combatir en la Guerra de Arauco.

Los descendientes de Don Juan siguieron ligados a la crianza de caballos hasta llegar a su nieto en quinto grado Don Pedro Esteban de las Cuevas y Guzmán, un hacendado y terrateniente chileno del siglo XIX, fundador y arquitecto de la línea de caballos “cuevana”, la más famosa y antigua estirpe de caballos de raza pura chilena.

Don Pedro​ nació en la hacienda de sus padres llamada "El Parral de Doñihue", siendo bautizado en la parroquia de dicha localidad en el año 1775. Fue el mayor de los hijos y heredero universal de Don José de las Cuevas y Cárdenas,​ hacendado y terrateniente, dueño también de la estancia "Quimávida" en Doñihue (actualmente, junto con El Parral, territorio de la comuna de Coltauco), y como gran señor, fue empadronado entre la nobleza del corregimiento de Colchagua junto a su mujer y sus dos hijos en el Censo General de Chile de 1787, el cual a su vez, era primo hermano del General Don Ignacio de la Carrera y de las Cuevas (padre de los célebres hermanos Carrera) y también del Teniente Coronel Don Bernardo de las Cuevas y Ladrón de Guevara (héroe de la Batalla de Rancagua).

Fue Don Pedro de las Cuevas el prototipo del antiguo y mítico “patrón de fundo” de la zona central de Chile y uno de los más ricos hacendados y terratenientes del valle de Rancagua. Su vasta hacienda “El Parral de Doñihue”, estaba ubicada en la actual provincia de Cachapoal, a orillas del río homónimo. Fue dueño también de un gran fundo llamado "La Posada" en Linderos y de otro en Angostura de Paine. Pionero en la crianza sistemática y planificada de ganado vacuno y, sobre todo caballar, había perdido Don Pedro varios dedos de su mano derecha laceando animales, por lo que sus amigos más cercanos lo apodaban el "Manco Cuevas". Como gran y eximio jinete, organizaba en su hacienda grandes rodeos, que se constituyeron en uno de los antecedentes históricos del rodeo chileno, deporte nacional de Chile.

Como acérrimo y decidido patriota, colaboró en todo lo que estuvo a su alcance con la causa independentista. Proporcionó cientos de caballos de su propio criadero al ejército patriota. Primo en segundo grado de los hermanos Carrera, cultivó una profunda amistad con Don Juan José Carrera, que fue quien llevara a Don Pedro al palacio presidencial de Santiago para presentárselo a su hermano el General Don José Miguel Carrera, Presidente de Chile en ese momento.

Gran amigo también de Don Manuel Rodríguez Erdoíza, a quien escondió en varias oportunidades en su casa patronal, fue quien lo proveyó de caballos durante la Reconquista, contribuyendo de esta manera a la independencia de Chile. En una oportunidad, díjole muy emocionado Don Manuel a Don Pedro, en agradecimiento por tantos servicios prestados a la causa patriota: "¡Quiera Dios, Don Pedro, que Chile pague a usted alguna vez estos servicios que hace por la santa causa que defendemos!".

Caballos Cuevanos

Don Pedro de las Cuevas y Guzmán fue uno de los criadores más famosos y trascendentes de la historia de la raza chilena de caballos. ​Sus conocimientos zootécnicos los adquirió desde niño y de manera autodidacta, ya que su padre, Don José de las Cuevas y Cárdenas, ya contaba con un criadero bien formado con caballos criollos en la segunda mitad del siglo XVIII, siguiendo la tradición criadora de su familia en nuestro país, desde la época de la Conquista. Así, fue escogiendo los mejores ejemplares para finalmente dar origen a tres castas o familias de caballos "cuevanos", cada una de acuerdo con la función que desempeñaban en el campo.

De su criadero “El Parral", vienen los más importantes ejemplares fundadores de linajes que llegan hasta el día de hoy en nuestro país, como el célebre potro “El Caldeado”, "el primer potro con antecedentes claros, de raza chilena, nacido alrededor de 1840, con el mérito de ser el potro criollo 'conocido' más antiguo de Sudamérica" y padre del "Bayo León" (nacido en 1858); "El Quebrado", "el más grande Jefe de la Raza de todos los tiempos" -bisabuelo del famoso "Angamos I"-; el "Traidor" -tatarabuelo del "Africano"-; las madres de "Guante II" y "Cristal I" -bisabuelo de "Estribillo" y "Taco"-; el "Halcón I", etc, etc.


LAS TRES FAMILIAS DE CABALLOS CUEVANOS


  1. El "veloz de carrera" o "canchero", al que Don Pedro prestaba la mayor atención, ya que era un gran aficionado a ésta práctica. Estos caballos de carrera resultaron invencibles en todas las canchas de la época en las que compitieron. El reproductor que le proporcionó lo mejores caballos en velocidad fue "El Caldeado", potro que reunía condiciones excepcionales de personalidad, como su buen temperamento, inteligencia y nobleza, sin embargo, este ejemplar no poseía una morfología armoniosa ni perfecta, pero si tenía una musculatura formidable. "El Caldeado" engendró una vasta descendencia que llega hasta el día de hoy, caracterizada por su gran agilidad, docilidad y mansedumbre a toda prueba, además de poseer una notable aptitud para las carreras. Este tipo de caballo, junto con el "trotador de brazo", fueron entrando en un progresivo desuso en 1845 con la introducción en Chile del caballo inglés de carrera.

  2. El "trotador de brazo" o "vistoso", apropiado para paseos públicos y "para lucir a sus jinetes en las fiestas de pueblo". Los de "trote braceado”, eran los más apetecidos por el jinete de lujo de la gran ciudad. Se trataba del caballo característico de hombre aristocrático de Santiago de Chile de 1850, el caballo predilecto del "señorito" de la sociedad santiaguina. Era éste un caballo mucho más basto y grueso que el caballo tipo “de carrera”, y poseía formas redondas y musculosas, exhibiendo una gran talla o alzada, próxima a las siete cuartas, es decir entre 155 y 165 centímetros, y “una vistosa presencia”. Respecto de este tipo de caballo.

  3. El "corralero", que era perfecto para las labores propias del campo, ya sea en corrales cerrados o en rodeos a campo abierto o en la montaña. Se caracterizaba por ser dócil a la rienda, muy valiente y de gran coraje. Este tipo de caballo "cuevano" es el que finalmente prosperó y su descendencia llega hasta nuestros días, siendo el origen del caballo chileno "corralero", de gran belleza y asiduamente usado en nuestro deporte nacional, el Rodeo Chileno.

Familia y Descendientes

Contrajo matrimonio Don Pedro Esteban de las Cuevas y Guzmán en la iglesia parroquial de Doñihue el 28 de mayo de 1807,​ con su prima en segundo grado Doña María de la Cruz Bravo de Naveda y Ahumada,​ también perteneciente a antiguos y distinguidos linajes de la conquista de Chile, hija de Don Pedro Bravo de Naveda y de las Cuevas​ y de Doña Agustina de Ahumada Tello de Guzmán y Molina. Fueron padres de:


  1. Don José Manuel de las Cuevas y Bravo de Naveda,​ quien heredó de su padre una gran hijuela de la hacienda "Lo Cuevas" y el fundo "La Isla", de 150 cuadras planas de terreno en el antiguo Departamento de Caupolicán, valle de Colchagua, además de varios de los mejores caballos "cuevanos" del criadero familiar. Fue dueño de una mina de plata en Copiapó. Cultivó una gran amistad con su consuegro Don Manuel Portales y Fernández de Palazuelos, mientras éste fue Gobernador de Rancagua.​ Contrajo matrimonio con su prima en segundo grado Doña María del Carmen de las Cuevas y de la Vega, nacida en Coltauco (hija de Don José María de las Cuevas y Pérez de Valenzuela,​ Oficial del Regimiento de Milicias de Caballería "Dragones de Sagunto" de Rancagua, y de Doña Francisca de la Vega y Feliú), con descendencia De las Cuevas de las Cuevas, Portales de las Cuevas, Beaumont Portales,​ Beaumont Contreras, Beaumont Herrera, Lavandero Beaumont, De las Cuevas Portales, De las Cuevas Valdivieso, Guzmán de las Cuevas, De las Cuevas Ramírez, Droguett de las Cuevas, Díaz de las Cuevas, entre otras.

  2. Don Gabriel de las Cuevas y Bravo de Naveda, casado con Doña María de Zúñiga, con sucesión De las Cuevas Zúñiga, De las Cuevas Valdivieso, De las Cuevas de las Cuevas, De las Cuevas Rojas, De las Cuevas del Pozo-Silva, entre otras.

  3. Don Bartolomé de las Cuevas y Bravo de Naveda.

  4. Don José de los Dolores de las Cuevas y Bravo de Naveda.

  5. Don Manuel de las Cuevas y Bravo de Naveda, casado en Doñihue en 1836 con Doña Mercedes Moreno.

  6. Don José Gabriel de las Cuevas y Bravo de Naveda, casado en Doñihue en 1832 con su prima Doña María de las Cuevas y Espinosa.


A la muerte de Don Pedro de las Cuevas (28 de marzo de 1861) se remataron sus cuantiosos bienes en 1862, de entre los que destacaban grandes manadas de caballos y yeguas "cuevanas", que fueron adquiriendo los principales criaderos de la zona central de Chile, perpetuándose de esta manera, hasta el día de hoy, la sangre "cuevana" en los caballos de raza pura chilena. Y a raíz de la importancia y fama de este vecino de Coltauco, el sector donde estaba ubicado su criadero de denomina hasta la actualidad "Lo de Cuevas".

Bibliografía