Francisco Briceño (o Briseño) fue un Sacerdote Franciscano, Doctor Teólogo de la Universidad de Santiago y ex Provincial. Nació el año 1808. Fue sacerdote de Coltauco desde el 11 de enero de 1842 hasta 1849. Murió en el Convento Máximo de Santiago el 3 de enero de 1855 a los 47 años.

Después de retirarse de la parroquia de Coltauco actuó como Ministro Provincial Franciscano en Santiago, y durante el año 1853 mantuvo una actitud ambigua ante el proyecto de reforma al dificultar la apertura del noviciado en el Convento Grande de la Alameda.

Durante el periodo que el Francisco Briceño se encontró a cargo de la parroquia de Coltauco se nombraron a otros tres sacerdotes como interinos de la iglesia, ellos fueron el Presbítero José María Silva, Ciriaco Valenzuela y José Luis Pérez, todos nombrados en el año 1843.

José María Silva - Presbítero de la diócesis de Santiago, nacido por 1791. En 1824 obtuvo en concurso la parroquia de Yáquil, y en 1837 era cura de la parroquia de Nerquihue cuando el supremo gobierno mandó enjuiciarle como implicado en la sedición de Colchagua. El 30 de Septiembre de 1843 se le nombró cura y vicario interino de Coltauco. Murió en Santiago a principios de Agosto de 1844. Se le sepultó como tercero de la Recoleta Franciscana.

Ciriaco Valenzuela - Nació en Guacarhue, a principios del siglo XIX, y fueron sus padres don Joaquín Valenzuela y doña Pilar Silva Gálvez. Ingresó al clero en 1823. Estudió Filosofía en el colegio de San Diego y teología en el convento de San Francisco de Santiago. Parece que ejerció libremente su ministerio toda su vida, en Guacarhue, en Coltauco, donde poseía un fundo rústico que cultivaba y fue nombrado cura y vicario interino en 1843, y en Santiago, donde, según parece, murió en 1866. Poseía al morir una chacra en los Bajo de Mena.

José Luis Pérez – También nació en Guacarhue, el año 1802, siendo sus padres don Francisco Solano Pérez y doña Mercedes Loyola. Estudió latín y filosofía en el convento de San Francisco de Santiago, y se ordenó en 1830. Poco después de ordenado, en 1834, se le nombró cura de Peumo, parroquia que sirvió hasta 1843 y después, interinamente por poco tiempo, en 1845. Parece que en seguida anduvo, por algunos años, fuera del Arzobispado de Santiago, al cual regresó en 1855. Ejerció el Ministerio libremente, sirviendo capellanías de Hacienda, casi constantemente en la parroquia de Coltauco y la Hacienda de Idahue, hasta su muerte en 1878 en esta localidad.